Bautismo, Diluvio y Simbolismos Acuáticos.

lunes, 3 de agosto de 2015



Las aguas simbolizan la suma universal de las virtualidades. Son fons et origodepósito de todas las posibilidades de existencia; preceden a toda forma y sostienen toda creación. 
La imagen ejemplar de toda creación es la Isla quse«manifiesta» repentinamente en medio de las ondas.

La inmersión en el agua significa la regresión a lo preformal, la
reintegración al mundo indiferenciado de la preexistencia.

La emersión repite el gesto cosmogónico de la manifestación
formal.

La inmersión equivale a una disolución de las formas. Por esto,
el simbolismo de las Aguas implican tanto la Muerte como el
Renacimiento.

En cualquier conjunto religioso que aparezcan, las Aguas conservan invariablemente
su función:

desintegran, dejan abolidas las formas, «lavan los pecados»...
...son a la vez: purificadoras y regeneradoras.

Su destino es preceder a la Creación y reabsorberla.

La sacralidad de las Aguas y la estructura de las cosmologías y de las apocalipsis
acuáticas, no puede revelarse íntegramente, sino a través del simbolismo acuático, que es el único «sistema» capaz de integrar todas las revelaciones particulares de las innumerables hierofanías.

Los Padres de la Iglesia han explotado algunos valores pre – cristianos y universales
del simbolismo acuático, si bien los han enriquecido mediante significados inéditos, referentes al drama histórico de Cristo.

El cristianismo es una religión histórica que tiene raíces profundas en otra religión histórica, la de los judíos. 

Por consiguiente, para explicar o comprender mejor algunos
sacramentos o algunos simbolismos no hay sino buscar sus «figuras» en el Antiguo Testamento. En la perspectiva historicista del cristianismo esto no es sino natural: la revelación ha tenido una historia; la revelación primitiva, actuada en el albor de los tiempos, vive todavía entre las naciones, pero está medio olvidada, mutilada, corrompida; el único modo de acercarse a ella es pasar a través de la historia de Israel: la revelación no se halla plenamente conservada más que en los libros sagrados del Antiguo Testamento.


Para el cristiano, el bautismo es un sacramento porque ha sido instaurado por Cristo. Mas no por ello suprime el ritual de iniciación de la prueba (= lucha contra el monstruo), de la muerte y de la resurrección simbólicas (= nacimiento del hombre nuevo).

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